13 de mayo de 2020

SÍNDROME DE LA CABAÑA

Estamos comenzando la fase de desescalada con lo que eso conlleva y no todas las personas están preparadas para salir desde un punto de vista psicológico. Para poder hacerlo de la mejor manera posible, esto requiere de un proceso de adaptación y reestructuración de nuestros hábitos de vida. 

En el momento del encierro se han producido síntomas propios de la "fiebre de la cabaña" conocida como cabin fever  la desesperanza, la ansiedad, la depresión, la alteración del estado del ánimo, la frustración, los cambios bruscos de humor, la dificultad para conciliar el sueño, el insomnio..Pero  después de la habituación de más de 50 días instalados en nuestros hogares sin contacto con el exterior, ahora en el período de apertura una vez que nos sacan de nuestra zona de "confort" también pueden surgir problemas desde un punto de vista emocional, conductual, cognitivo(del pensamiento), familiar y social, así en estos momentos surge el miedo a salir a la calle y a relacionarnos con los demás.

El exceso de información, a veces contradictoria, la falta de claridad en los criterios a seguir, el vaivén de noticias falsas, han generado una situación de desconfianza que alimenta la fobia social donde la gente se suele sentir cohibida y molesta ante la posibilidad de ser vistas o juzgadas, si sales mucho a la calle, si llevas o no mascarilla, si la tuya es mejor o peor, si te has puesto los guantes, si te acercas demasiado al hablar..Son personas más sensibles al miedo a pasar verguenza, a cometer errores o a sentirse juzgadas por las demás y como consecuencia a todo esto la evitación a salir de casa.

El llamado vulgarmente "síndrome de la cabaña" es como una situación puntual generada por un período de confinamiento, más que como una patología con un diagnóstico específico y con criterio diagnóstico, ya no que está reconocido como trastorno a nivel Europeo en el CIE 10 ni en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales empleado en  DSM IV. Para contrarrestarlo es importante tener en cuenta una serie de medidas:


  • Siempre buscar soluciones, sabiendo que son miedos puntuales ante situaciones extraordinarias y no debemos permitir que alteren nuestro normal funcionamiento o impidan que llevemos a cabo nuestras actividades de la vida diaria. 
  • Busca el horario que más te conviene, la compañía que más te apetezca y la zona de paseo que te resulta más agradable. Sal todos los días aunque sea 1 minuto el primero e ir así incrementando el tiempo cada día.
  • Comprobar que no le pasa sólo a uno. No es algo extraño, ni enfermizo que esté pasando eso.
  • Poner en marcha el aprendizaje vicario o social, no sólo se aprende por la experiencia propia sino también por la del otro, a través de la información o por la observación.
  • Motivación al cambio por el éxito de los que le rodean. Tranquilizarse al ver que se pude volver a la rutina con normalidad.


  • Recuerda que creer que es posible es tener la mitad del éxito.