14 de diciembre de 2015

#NIUNAMÁS


Vivo en un barrio, ni más rico, ni más pobre. Es un edificio alto de color verde, a juego con el color del jardín que está justo delante, donde muchos señores mayores juegan a las cartas alrededor de una mesa, pueden estar allí horas y horas, días y días. Siempre veo allí a los mismos.

Uno de ellos, es mi vecino, vive debajo de mi casa con su mujer, que llena todo el edificio, los jueves, a un aroma a magdalenas, bizcocho o a alguna maravilla de esas que hace y muchas veces comparte conmigo. Sube a casa y le dice a mi madre: esto es para que le dé energía a Juan para sus estudios. No me gusta estudiar y 1º de la ESO se me hace cuesta arriba, lo peor es cuando duermo mal, cuando hay “lío” (así lo llama mi madre) abajo. 

A veces veo en el televisor que asesinan a una señora y después él se suicida, otra noticia, que si también matan a los/as hijos/as. Pues mi vecina, la de los jueves, grita muchas noches, él también grita y oigo golpes y muebles que se caen, insultos, palabrotas, demasiadas y no me dejan dormir. Tengo miedo, pero no por mí, por ella. Mis padres me dicen que no oyen nada y que cada uno a sus problemas, que son cosas de mayores. Y a veces nos encontramos en el ascensor con ella y me sonríe y sabe que lo sé, sabe que lo sabemos todos los que estamos con ella en el ascensor. También la del kiosco de debajo de mi casa, la de la panadería, también ellas lo saben, y los que están jugando a las cartas todo ese tiempo con él, con su marido, en la calle, lo saben.

La violencia no se ejerce sólo contra las mujeres, no es sólo violencia de género, ni en el ámbito familiar. Esta violencia supone un callar, una vergüenza, una compasión, una pena, una impotencia, un silencio, un egoísmo, un sufrimiento, un miedo…Esta violencia la ejercemos cada uno/a de nosotros/as cuando miramos para otro lado, cuando no denunciamos, cuando no nos enfrentamos, cuando no socorremos, cuando no auxiliamos, cuando no escuchamos, cuando a pesar de saber miramos hacia otro lado, cuando echamos la culpa a otros..
 

Recuerda si lo ves, si lo oyes DENUNCIA en el 016, no deja rastro.

 

6 de octubre de 2015

TENGO 11 AÑOS. SOY UN DELINCUENTE.

Este es el diario de una situación real, con una vida imaginaria, historias que alguien, alguna vez ha contado. Y que sigo escuchando una y otra vez a lo largo de los años, todas son distintas, pero es lo mismo.

 Tengo 11 años y hasta ahora mi corta vida no ha sido fácil, esas carencias de mi más tierna "infancia" supongo que algo influyen en mi ahora, no justifico, pero todo forma parte de mi Yo. Lloro, porque me han expulsado del colegio definitivamente, me van a mandar a un sitio para "especiales". Ya no voy a estar con mis amigos, cada vez tenía menos porque sus padres les decían que no estuvieran conmigo. ¡Es que monto cada una!..... Pero lo bien que nos lo pasábamos todos.

Desde que era muy pequeño me consintieron muchas cosas y ante mis gritos, quejas, lloros y protestas siempre he conseguido lo que quería. ¡Y ahora con seis años puedo con todo!. De mis tres hermanos yo soy el mayor, y aquí domino yo. Mis padres trabajan los dos. Ella en un banco mañana, tarde y casi noche, pero es tonta, ya se lo dice mi padre, también se lo recuerdo yo. Trabaja mucho para que le paguen una miseria. Y papá en una empresa de la automoción, es director, el jefazo.  El mejor teléfono móvil de casa, el mejor ordenador, la Play de último modelo, la DS, la PSP y todo aquello que se me antoja, lo tengo. Con lo que me quieren mis padres cómo me van a decir que no.

 Mi padre trabaja en un turno de noche y durante el día casi nunca coincidimos, excepto ese día que "libra". Ese, el día "duro", menos mal que es sólo uno. No le hacen gracia, mis gracias. Sólo me riñe, me pega (pocas veces duro)y me hace como él mismo dice: "un hombre". Mi madre está enferma, tiene algo que la mantiene en la cama casi todo el día, no está...Pero yo la quiero mucho.
 
Se podría decir que soy un niño de 6 años que tengo de todo. Vivo con mis abuelos porque mis padres fallecieron cuando yo era muy pequeño y no me acuerdo de ellos. La abuela siempre me despierta cantando y me arropa por las noches, me encanta. Me dice que soy igual que el difunto de mi padre, su yerno: alocado, infantil, irresponsable e inseguro. En el colegio le dijeron que era hiperactivo y tomo unas pastillas que me hacen ser mejor, pero no mejoro en esas cosas que me dice mi abuela.
 
Yo tengo seis años y mis padres son geniales. No trabajan, dicen que para vivir no hace falta y vamos muchas veces a algunos sitios que nos regalan la comida, en otro nos dan dinero para pagar la luz (algunas veces nos quedamos sin ella). Vamos a los bares hasta tarde, a veces me aburro y se ponen muy pesados (discuten mucho) y toman cervezas, muchas. Pero yo como patatillas y los camareros son muy simpáticos conmigo y con mis hermanos. Mis padres dicen que el colegio no sirve para nada, que ellos no estudiaron y lo bien que les va.

Yo también 6 años, como ellos. Mi casa está pegada a una carretera, en una zona un poco apartada del centro del pueblo. Tiene muchas luces de colores y siempre hay muchas chicas, todas muy guapas y por la noche se llena de coches el aparcamiento, no sé por qué. Mi padre dice que eso es bueno para el negocio. Mi madre trabaja por la noche en la casa que tenemos pegada a la nuestra, dice que es la jefa y mi padre, cuando ella se va me obliga a beber vino, casi todos los días bebo vino y después me pide que le haga "cosas". Mamá no lo sabe, eso creo.